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Propiedad antibacterial de insectos aplicada a materiales de empaques

La Universidad RMIT de Melbourne anunció el desarrollo de una innovadora biotecnología para eliminar el crecimiento bacterial y extender la vida útil de los productos alimenticios empacados.

'Este es un gran paso hacia una solución de empaque natural, no química y antibacterial para las industrias de alimentos y manufacturera”, se señala en la comunicación de la Universidad RMIT acerca del nuevo desarrollo.
"Este es un gran paso hacia una solución de empaque natural, no química y antibacterial para las industrias de alimentos y manufacturera”, se señala en la comunicación de la Universidad RMIT acerca del nuevo desarrollo.
Foto de Romina BM en Unsplash

Inspirados en insectos como las libélulas y las cigarras, que cuentan en sus alas con nanopilares de puntas romas que combaten las bacterias, científicos de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, diseñaron una solución al problema de la contaminación bacterial de los alimentos, que promete mejorar su duración y reducir su desperdicio cuando se aplique a escala industrial.

La profesora Elena Ivanova, de la Universidad RMIT informó que como resultado del trabajo de un equipo de investigación se logró aplicar con éxito en un material sintético la propiedad presente en las alas de los insectos. “Hemos creado ahora una nanotextura que imita el efecto de destrucción de las bacterias que tienen las alas de los insectos, y logramos retener su poder antibacterial al aplicarla sobre plástico. Este es un gran paso hacia una solución de empaque natural, no química y antibacterial para las industrias de alimentos y manufacturera”, se señala en la comunicación de la Universidad RMIT acerca del nuevo desarrollo.

El proceso de eliminación de las bacterias replica la manera en que una estructura nanopilar actúa cuando una bacteria se posa en el ala de una libélula o una cigarra. En ese momento el patrón de nanopilares separa las células, rompiendo sus membranas y destruyéndolas. “Es como estirar un guante de látex,”, explicó la doctora Ivanova, “a medida que se extiende, los puntos más débiles en el látex se vuelven más delgados y finalmente se rompen”. Para evaluar la capacidad antibacterial en el material plástico, los investigadores monitorearon las células de las bacterias en laboratorios avanzados de microscopia y microanálisis.

El desarrollo de esta avanzada solución se realizó en conjunto con un equipo japonés, que desarrolló por su parte la manera de reproducir los patrones de nanopilares sobre un polímero plástico. Más adelante, en Australia, el equipo de Ivanova probó los patrones diseñados y encontró el que mejor replicaba la capacidad antibacterial de las alas de los insectos y ofrecía a su vez mayor facilidad en su fabricación industrial para aplicaciones de empaque. La doctora Ivanova informó que el manejo de la nanotextura en el plástico fue más difícil que en otros materiales como la silicona y los metales, debido a su flexibilidad. “Nuestro siguiente desafío”, afirmó “es adaptarlo al uso en plásticos más suaves”.


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Aunque su aplicación principal se orienta a los empaques para alimentos, la producción a escala industrial podría extenderse para ser utilizado en equipos de protección personal. Los estudios de los investigadores continúan, buscando socios que les permitan escalar la tecnología y encontrar las mejores maneras de utilizarla en otros materiales y aplicaciones.

Fuente: RMIT University de Melbourne, Australia