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Industria colombiana de alimentos 2019, de regreso al camino del crecimiento

Luego de dos años de altibajos, los productores de alimentos procesados vivieron en 2018 un proceso de transición, que este 2019 se vería consolidado con positivos resultados. La participación de esta industria en el PIB manufacturero alcanzó un 21,23%.

Industria colombiana de alimentos 2019, de regreso al camino del crecimiento
Camilo Montes Pineda, director de la Cámara de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia.

Los años 2016 y 2017 fueron difíciles para la industria colombiana de alimentos. Distintos factores externos impactaron de manera negativa las actividades de las empresas y detuvieron el dinamismo tradicional que el sector ha mostrado dentro de la economía colombiana. 

Una reforma tributaria que afectó severamente los bolsillos de los consumidores y redujo su capacidad de compra; la inflación que elevó el precio de los productos; un prolongado paro de los transportadores en el país; y hasta el clima se conjugaron para crear un entorno poco favorable para su crecimiento. De otra parte, eventos coyunturales con mercados regionales como los de Venezuela, Ecuador y Panamá, no contribuyeron tampoco a un buen desempeño en el área del comercio exterior.

El escenario empezó sin embargo a mostrar nuevas perspectivas en 2018. Colombia eligió a un nuevo presidente, las exportaciones comenzaron un proceso de reactivación, las preferencias de los consumidores respaldaron las ventas de los productos nacionales, y comenzó a verse una consolidación en la estructura de precios creada por la reforma al impuesto al valor agregado decretado en 2017. “El año fue definitivamente positivo, en el que se recuperaron indicadores que venían cayendo, y cambió la percepción sobre el dinamismo de la industria”, señaló a Mundo PMMI Camilo Montes Pineda, director de la Cámara de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia –ANDI-, que congrega a 54 grupos empresariales, en los que se reúnen más de 200 productores de alimentos procesados del país.

El año pasado, la producción aumentó en un 3% y las ventas 1,6%. La participación de la industria en el PIB manufacturero alcanzó un 21,23% y 2,83% en el nacional. Sectores como los de chocolatería y confitería registraron destacados crecimientos de 8,8% y las ventas de productos cárnicos aumentaron en un 4,9%. Las exportaciones ascendieron a 901,5 millones de dólares, creciendo en un 4,72% con un volumen de productos de 376 mil toneladas despachados a 129 países del mundo entero.

Ante el hecho de la pérdida del mercado venezolano que comenzó en 2016 y avanzó paulatinamente en 2017 y 2018, y que representó antes de su declive exportaciones por valores entre 400 y 500 millones de dólares, el desempeño alcanzado en 2018 reflejó un importante esfuerzo de los productores nacionales de productos procesados. “A través de estrategias de diversificación y el crecimiento en algunas categorías concretas, logramos demostrar que el techo de cristal de los 900 millones no era infranqueable”, le dijo Camilo Montes a Mundo PMMI.

Un pacto por el crecimiento

El regreso a una tendencia de crecimiento marca un nuevo punto de partida para la industria colombiana de alimentos y se acompaña de estrategias avanzadas en los campos de la productividad y el desempeño empresarial.

Este año, el Gobierno colombiano suscribió doce pactos para el crecimiento y la generación de empleo con distintas industrias nacionales, entre estas las de los productores de cacao, carnes y alimentos procesados.

“Las declaraciones hechas en estos pactos tienen que traducirse en acciones concretas”, afirmó el director de la Cámara de Alimentos de la ANDI. “En todas las categorías de alimentos procesados, que incluyen en este caso a las bebidas, las exportaciones ascienden a unos 1.400 millones de dólares, que se espera lleguen en un futuro cercano a 2.700 millones. Esto representará aumentos en el empleo de 300 mil a cerca de 500 puestos de trabajo formales directos y un valor de la producción que podría llegar a los 30 billones de pesos”.

Este año, la industria de alimentos en Colombia sigue transitando esta senda de crecimiento, basando sus estrategias en acciones que impacten positivamente a las empresas y a los consumidores y en la adopción de programas de desarrollo, innovación y tecnificación.

Los empresarios han visto con buenos ojos los planes y programas que el Gobierno colombiano ha propuesto implementar, entre los que se destacan la agricultura por contrato, la diplomacia comercial y el aprovechamiento de los acuerdos vigentes de libre comercio, que se acompañan además de simplificación de trámites, la modernización del instituto a cargo de la vigilancia de los medicamentos y alimentos, además de nuevas condiciones tributarias que estimulan el desarrollo de las empresas productoras.

Apetito inversionista

En Colombia, de otra parte, se cumplen los tres requisitos esenciales que estimulan el desarrollo de nuevas inversiones en la industria de alimentos, tanto de empresarios nacionales como extranjeros. El tamaño del mercado, que según datos de la agencia consultora de mercados Euromonitor International ascenderá a 25 mil millones de dólares en 2022 es el primero de ellos, seguido de las buenas condiciones de acceso a las materias primas para la producción de alimentos, tanto frescos como procesados, y de la ubicación estratégica del país respecto de los mercados de Suramérica, Centro y Norteamérica, Asia y Europa. “Se percibe ahora en el país un interés mucho más claro de los inversionistas. El crecimiento del mercado, cuando las condiciones son propicias, requiere de abastecimiento, y es por eso que puede decirse que existe un buen apetito inversionista que no se sentía el año anterior”, dijo Camilo Montes al referirse a las oportunidades que ofrece el país a nuevas empresas y a las ya presentes en el mercado nacional.

Este escenario propicio para las inversiones en la industria de alimentos colombiana se ve fortalecido con la búsqueda permanente que las empresas adelantan de respuestas a desafíos como la competitividad en el precio de las materias primas, o la necesidad de contar con más y mejor mano de obra calificada en áreas de producción, comercialización, e investigación y desarrollo. “Colombia debe hacer un esfuerzo importante en la formación de técnicos y científicos para el mundo de los alimentos”, señala la Cámara de Alimentos de la ANDI en sus recomendaciones para el mejoramiento de la competitividad.

Una industria sustentable y responsable

Otros temas que los empresarios colombianos abordan con decisión se relacionan con la Economía Circular, un concepto que permea las actividades de todas las industrias, y en especial las de alimentos y bebidas. En Colombia, la ANDI ha liderado desde hace casi una década las discusiones sobre la definición de normas posconsumo para distintos materiales y residuos, entre estos los de empaques de alimentos y bebidas.

Hace un año una norma sobre la gestión de estos elementos fue aprobada por el Gobierno colombiano y, como una de las respuestas de la industria, surge la iniciativa de más de 100 empresas de 19 industrias nacionales de lanzar el programa Visión 30/30, que busca alcanzar en el año 2030 índices de aprovechamiento de materiales como papel, cartón, plástico, vidrio y metales de un 30% de lo que sale al mercado. “Estamos haciendo este y el próximo año pilotos y laboratorios de experimentación, para llegar a la meta propuesta. En este propósito es fundamental la perspectiva del consumidor, al igual que la conciencia ambiental de las compañías”, afirmó Camilo Montes.

Este enfoque sustentable se extiende además a los esfuerzos de la industria de alimentos por crear productos más saludables y con mejores perfiles nutricionales, ser parte activa de las iniciativas para la prevención de enfermedades no transmisibles, y contribuir a la reducción del desperdicio de alimentos. “Este problema tiene en Colombia unas dimensiones preocupantes. Con los alimentos que se desperdician anualmente en el país podría alimentarse la población entera de un departamento como la Guajira. El 40% de esta pérdida tiene lugar en los eslabones agrícolas, 12% en los hogares, 3,5% en la industria, el resto en la logística y en la cadena de suministro”, concluyó Camilo Montes.

Colombia, una despensa regional

El potencial de desarrollo para la industria colombiana de alimentos es enorme. De acuerdo con datos oficiales del Gobierno nacional, existen 40 millones de hectáreas para la producción de alimentos, de las cuales apenas 7,6 millones de ellas están cultivadas, lo que revela el potencial que tiene Colombia para convertirse en una de las siete despensas alimentarias del mundo, tal como lo afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO. 

Algunos mecanismos identificados para alcanzar este objetivo comprenden el cultivo, la cosecha, y la transformación de alimentos para su mercadeo, al igual que el fortalecimiento del progreso sostenible del sector, mediante el trabajo conjunto de las empresas con los agricultores, y el desarrollo del sistema productivo rural.