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Cinco pasos para la valorización de los residuos plásticos

En Colombiaplast, una presentación del director Técnico y Científico del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho expuso el panorama del reciclaje de plásticos en Colombia y la ruta para su aprovechamiento a escala industrial

Iván Darío López, director Técnico y Científico del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (ICIPC) durante su presentación en Colombiaplast 2022, en Bogotá.
Iván Darío López, director Técnico y Científico del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (ICIPC) durante su presentación en Colombiaplast 2022, en Bogotá.

“En los últimos cinco o seis años todo gira alrededor de la sustentabilidad”, fue la frase con la que Iván Darío López Gómez inició su presentación en la feria Colombiaplast, organizada esta semana por Acoplásticos, Corferias y Messe Düsseldorf North America. López, ingeniero de producción de la Universidad EAFIT y doctor de la Universidad de Wisconsin-Madison, de Estados Unidos, abordó en su conferencia la Construcción de negocios circulares con residuos plásticos.

Del tema se ha hablado desde hace más de dos décadas, “pero solo cuando se nos volvió un problema inminente empezamos a reaccionar y a decirnos que, definitivamente, debíamos apostarle a este tipo de iniciativas”, señaló el director Técnico y Científico del ICIPC, antes de explicar que el concepto de economía circular va más allá del simple reciclaje, y se extiende a acciones como no utilizar lo que no necesitamos, reutilizar cuando se pueda, y reducir, viendo cómo obtener el mejor aprovechamiento de los residuos.

Corferias Bogotá

Luego de presentar el complejo escenario de los plásticos en Colombia, en el que los empaques representan un 54% del total, seguidos por los residuos del sector de la construcción, con un 22%, de la agricultura, con un 7%, del sector institucional con 6% y de otros renglones como el automotriz, el de juguetería y el de deportes con un 11%, el experto señaló que somos los principales generadores de residuos, que podemos reconvertir efectivamente en empaques.

Las preguntas para el cambio

¿Cómo hacer para lograr el balance? ¿Qué debe transformarse y qué debe construirse en este sentido?, fueron preguntas planteadas en la presentación en el centro de convenciones de Corferias en Bogotá.  Existe el paradigma de que los plásticos son los que llenan los vertederos, lo cual, a pesar de no ser cierto, no exime a la industria de su responsabilidad, explicó López en su intervención.  En los países en desarrollo se observan porcentajes de presencia mayoritaria de residuos orgánicos en los rellenos sanitarios, con niveles cercanos al 60%. En el caso de los plásticos, no solo en Colombia sino en el mundo entero, este nivel de disposición no supera el 15% en términos de peso; aunque al hablar de volumen los porcentajes pueden ser más relevantes.

Pabellón de la feria Colombiaplast 2022, organizada esta semana por Acoplásticos, Corferias y Messe Düsseldorf North America, en la capital colombiana.Pabellón de la feria Colombiaplast 2022, organizada esta semana por Acoplásticos, Corferias y Messe Düsseldorf North America, en la capital colombiana.

Este nivel de participación ha dado lugar a esquemas de prohibición de los plásticos, en los que se coincide en la búsqueda inmediata de sustitutos para solucionar el problema y hacer a los productos ambientalmente sustentables. “Pero si fuese tan sencillo con seguridad ya se hubiera hecho. La estrategia no es cambiar un problema por otro, no debería hablarse tan solo de plásticos de un solo uso, sino de materiales de un solo uso”, afirmó el directivo del ICIPC.

Los problemas de contaminación por residuos sólidos obedecen por lo general a los esquemas de economía lineal en los que solo se toma, se consume y se desecha, sin importar de qué material se trate. En el caso del plástico se tienen problemas particulares, como el de los microplásticos por ejemplo, pero el simple cambio de material solo representará el tránsito a un nuevo problema, señaló Iván López.  La respuesta, afirmó, consiste entonces en un cambio de paradigma, que no es fácil ante la persistencia por más de medio siglo de un modelo de economía lineal, con consumidores habituados a sus dinámicas.

Iván Darío López 2

La necesaria valorización de los materiales reciclados

Unos diez o quince años atrás, al pensarse en el uso de material reciclado se consideraban principalmente aplicaciones como postes y elementos para parques, entre otras. Estas soluciones, aunque complementarias, no responden hoy a la situación, debido a los altos volúmenes de materiales existentes que hacen necesario pensar en alternativas distintas. De allí que se considere un cambio en la concepción y la imagen del reciclaje, concibiéndolo más allá del campo social y dignificándolo para que sea un oficio económicamente rentable que quiera transferirse familiarmente, explicó Iván López.

El alejamiento de aplicaciones de bajo valor agregado y la incorporación de tecnologías de mejoramiento (upgrading) y suprarreciclaje (upcycling), parece indicar el rumbo adecuado de acción. Con las primeras se les otorga a los materiales propiedades similares o mejores que las del material original; con las segundas, las aplicaciones desarrolladas cuentan con un valor agregado superior a las iniciales. En el mejoramiento, del cual las tecnologías de botella a botella son un buen ejemplo, puede alcanzarse el concepto de “ciclo cerrado”, según el cual el material se utiliza para la misma aplicación, una condición ideal cuando se tiene control completo de la cadena.

La adopción de estos modelos, en oposición al desmejoramiento (downgrading) y la reducción (downsizing) conduce a una valorización de los residuos plásticos, que en países de Europa alcanza volúmenes de 50% o más de plástico reciclado utilizado en empaques. En Colombia, con el apoyo de Acoplásticos y de la agencia alemana GIZ, el ICIPC adelantó un proyecto para la incorporación de plásticos de difícil gestión en materiales asfálticos, de los cuales se están realizando las primeras pruebas en el país. “Hay que apostarle al abanico completo de alternativas”, aseguró Iván Darío López.

Una propuesta para la creación de valor

En el proceso de agregar valor a los materiales reciclados, intervienen múltiples acciones y factores, entre estos el ecodiseño, la comunicación, la separación en la fuente, y la estabilidad del mercado, todos ellos indispensables para construir negocios de economía circular. El directivo del ICIPC explicó cinco fases para la creación de valor y de negocios circulares, que podrían resumirse de la siguiente manera.

Caracterización de los residuos

En esta primera fase se trata de hacer un reciclaje técnico, de llevar a quienes trabajan en este tema a comprender que no están reciclando sino siendo proveedores de materia prima. “En el momento en que se entiende esto se pasa a otro nivel de negocio, porque eso explica que se están vendiendo especificaciones y no kilos de material”, señaló Iván Darío López. De allí la importancia de la caracterización, de construir una hoja técnica, obtener certificados de calidad por lotes, y poder hacer la comparación entre materiales reciclados y vírgenes para determinar si el uso del material es competitivo.

La construcción de estas herramientas genera confianza en quienes están consumiendo el material plástico reciclado y les brinda la tranquilidad para incorporarlo en sus procesos productivos, en la fabricación de aplicaciones de uso seguro por parte de los consumidores.

Referenciación

Una vez conocidos los materiales, sus propiedades y su contenido, no es necesario “inventar la rueda”, como dice Iván Darío López, sino investigar en la literatura y hablar con el medio para saber qué se hace con este tipo de residuos y cómo pueden mejorarse sus propiedades. En esta tarea juega un papel protagónico la academia, que ayuda a construir un mapa de sus posibles aplicaciones y en las mejores escalas posibles de valor agregado.

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Pruebas

A partir del conocimiento de los materiales, un paso lógico es el inicio de la ejecución de pruebas de concepto a escala de laboratorio. Se trata de la identificación de la viabilidad de las ideas que se tienen sobre el uso de los materiales. En este punto empiezan a aparecer alternativas, como las del compounding, por ejemplo, que consiste en una opción poco aprovechada en Colombia para la generación de compuestos y que cuenta con un alto potencial en el país.

Una prueba de este tipo es la que adelanta el ICIPC con la ONUDI para tomar PET de difícil recuperación (con color o en contacto con aceite) y darle a través del reciclaje químico una vía hacia la industria química y la fabricación de productos.

Desarrollo

Las pruebas de concepto dan por su parte acceso a un nivel industrial, que permite una optimización de la fórmula para mejorarla aún más y acercarla a las condiciones reales de operación con el material. En esta etapa, la investigación y la inversión se traducen en viabilidad del mercado para los materiales.

Escalamiento y puesta a punto

A las pruebas de concepto les siguen las reales, ya en el ámbito de la industria, para dar paso a la aplicación de los materiales en productos fabricados masivamente. El director Técnico y Científico del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho mostró casos de éxito de este proceso, adelantados con entidades oficiales como Colombia Productiva a través de sus iniciativas de construcción de negocios de economía circular. En este esfuerzo se han logrado positivos avances en aplicaciones de envases para productos de cuidado personal, de elementos de envase que preservan las cualidades técnicas al ser reciclados, y de películas para la fabricación de empaques de alimentos, con resultados altamente prometedores.

La concepción integral de este enfoque de la valorización de los residuos plásticos se centra, expresó Iván Darío López, en la viabilidad financiera, pues hay que trabajar “con los pies en la tierra”, y en la viabilidad ambiental, demostrando a través del análisis de ciclo de vida (ACV) que es una mejor alternativa. Los resultados deben tener por otra parte un impacto sobre la cadena completa y, ante un escalamiento de su aplicación, los impactos deberán ser beneficiosos para el medio ambiente. Los efectos tangibles deben traducirse en reducciones sustanciales en el volumen de residuos dispuestos, señaló el directivo del ICIPC, y en la huella de carbono, lo mismo que en aumentos importantes en la cantidad de residuos recuperados, todo esto con favorables índices de rendimiento económico.