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“Si el envase es circular pero no hay economía, no existe la economía circular”

Mark Minneboo, director regional de Plastic Oceans para América Latina, se refiere a los alcances y resultados de la Ley chilena de Plásticos de un Solo Uso, que entró en vigor el pasado 13 de febrero, y nos habla de estrategias sustentables y tendencias

Mark Minneboo, director regional de Plastic Oceans para América Latina
Mark Minneboo, director regional de Plastic Oceans para América Latina

La Ley de Plásticos de un Solo Uso de Chile, con la que se busca reducir la contaminación generada por este material, ha recibido de Plastic Oceans y de su director un decidido impulso para su definición e implementación. En conjunto con Oceana, la organización protectora de los océanos en el mundo, Mark Minneboo y su equipo de trabajo recopilaron y presentaron un informe sobre distintas legislaciones nacionales, e hicieron a una propuesta basada en aquellos plásticos que no cuentan con una regulación ni con posibilidades de ser reciclados. El informe presentado incluía además un estudio sobre distintos tipos de reciclaje, que arrojó como resultado la imposibilidad de darles un segundo uso a esos materiales identificados.

Las recomendaciones sugeridas se acogieron en su integridad, y sirvieron de insumo para la elaboración de la Ley, que tiene hoy plena vigencia en Chile y puede servir de modelo para legislaciones similares en la región. Sobre sus alcances, Mark Minneboo habló con Mundo PMMI durante el foro Sustainability in Packaging Latin America 2022, que tuvo lugar en Ciudad de México la semana pasada.

Mundo PMMI: ¿Cómo espera que la nueva Ley de Plásticos de un Solo Uso que entró ahora en vigor en Chile impacte en la reducción de la contaminación por plásticos en los océanos?

Mark Minneboo: Antes de que se aprobara la ley hicimos un estudio con Plastic Oceans y Oceana Chile que muestra su impacto en aproximadamente 23.000 toneladas de plástico anuales. Aunque es un número grande, es poco cuando se compara contra el consumo total anual del país, que es de un millón al año. Pero justamente este plástico es el que más se encuentra en las playas chilenas y en el medio ambiente marino. El impacto, en todo caso, va a ser grande sobre todo en los productos de consumo para llevar. En Chile, muchos de estos plásticos están hechos a partir de espuma de poliestireno, un plástico muy complicado porque no se recicla y termina en el medio ambiente marino o en el general, creando problemas que persisten por décadas. Por eso estimamos que el impacto, al menos el medioambiental, va a ser muy grande y positivo.  Adicionalmente, creemos que impactará fuertemente la cultura de consumo de todos los chilenos, que es lo que buscamos finalmente: cambiar la cultura. A través de la legislación no podemos ir atrás y revisar producto por producto, para prohibirlo o regularlo. Es mejor hacerlo a través del consumidor.  Ya tuvimos la ley de bolsas plásticas, un pequeño primer paso, y ahora viene la regulación, que es un paso mucho más grande y que va a incidir en la forma en que consumimos como sociedad.

Mundo PMMI: ¿Cuál es el impacto de que sea una ley de cumplimiento obligatorio?

Mark Minneboo: Mucha, porque así tiene un impacto directo. Y sí, es obligatoria, pero con un tiempo de implementación. La primera etapa es obligatoria, pero entre un año y medio y dos para que la implementación sea completa. Desde febrero de este año quedan prohibidos solo algunos productos y el resto a través de un reglamento que está elaborando el Ministerio de Medio Ambiente. La implementación completa termina en agosto de 2024. Entonces, hay tiempo para adaptarse, para buscar soluciones. Sin embargo, es muy importante porque hemos visto, no solo en Chile, sino a nivel global, que lamentablemente los compromisos voluntarios no logran tener el resultado deseado. Y también hemos visto que el mercado reacciona con productos alternativos que generan un daño similar o peor, algo que obviamente queremos evitar.

Mundo PMMI: ¿Cómo se articula esta Ley de Plásticos de un Solo Uso con la de Responsabilidad Extendida del Productor (REP)?

Mark Minneboo: Esta ley se trabajó más o menos desde enero de 2019, cuando ya se estaba trabajando en la ley REP, y queríamos fortalecerla, apoyarla y complementarla. Hay una gran diferencia entre las dos leyes, que radica en que la ley de plásticos de un solo uso promueve las botellas retornables, obligando a los supermercados a tener espacios para ellas, algo que la ley REP no hace porque está enfocada hacia metas en la recuperación de envases. Entre más empresas empiecen a usar botellas retornables, el impacto será más positivo en sus metas de la ley REP, porque esta exige la recuperación de un porcentaje del total del plástico que se pone en el mercado. Las botellas plásticas retornables tienen aproximadamente doce vueltas y las de vidrio sobre 30 vueltas, entonces no cuentan igual que las botellas desechables.

Getty Images 1313773527Getty Images

Otra diferencia es que la Ley de Plásticos de un Solo Uso obliga, más que incentiva, a crear un mercado para el plástico PET reciclado. La ley REP habla solo de metas de recolección sin acelerar un mercado para el PET reciclado, y no obliga a las empresas a empezar a usarlo, algo que sí impone la Ley de Plásticos de un Solo Uso. Es un paso más hacia la economía circular, una estrategia adicional que vuelve más circular la materia prima.

Mundo PMMI: ¿Cómo están observando las empresas las dos leyes? ¿Las consideran complementarias?

Mark Minneboo: El gran desafío no está tanto en si debe cumplirse con una u otra meta. La Ley de Plásticos de un Solo Uso añade un paso adicional en el ciclo de la economía circular, diciendo que, si la ley REP obliga a recolectar cierto porcentaje de material, el siguiente paso es crear el mercado que quiera comprarlo. El término lo dice todo: si el envase es circular, pero no hay economía, no existe la economía circular.

Y justamente en esto es que se enfoca la Ley de Plásticos de un Solo Uso: en crear la economía para el material reciclado. Por eso yo no veo un posible choque entre una obligación y la otra. Un problema probable, y que ya me han expresado desde el mercado, es que si, por ejemplo, las metas de recolección de PET son del 10%, mientras la Ley de Plásticos de un Solo Uso exige un mínimo de 25% de material reciclado, el mercado para el PET reciclado se va a expandir, y habrá entonces mayor competencia. No son solo las embotelladoras las que necesitarán ese material; hay otro tipo de empresas que también lo utilizan. Aquí existe un potencial desafío, no un problema. Desde el 2025 las embotelladoras tendrán el gran reto de cómo conseguir el material a precios competitivos, con el reto adicional de que la ley exige que ese material tiene que provenir de Chile.

Mundo PMMI: ¿Cuál fue el motivo para establecer que el material provenga solo de Chile?

Mark Minneboo: Acelerar el mercado local de reciclados. Va a ser desafiante y demandará el trabajo de las empresas y la educación de los consumidores. Las empresas tendrán que apoyarse en organizaciones como la nuestra para educar a todo el país y ver conjuntamente cómo podemos aumentar la recolección de PET. Si seguimos por el mismo camino, haciendo lo de siempre con un pequeño cambio, no lo lograremos.

Mundo PMMI: La Ley también hace énfasis en la retornabilidad y la reducción. ¿Cómo se espera consolidar estos modelos?

Mark Minneboo: Yo creo que para todos los tipos de plástico y para todos los tipos de empaques y embalajes, el futuro del modelo de negocio es la retornabilidad y el refill, y no el reciclaje. En cuanto a la reducción, es un primer paso y la ley contempla la eliminación y la reducción de plásticos problemáticos (los vasos y platos de poliestireno, por ejemplo), que no se reciclan en ninguna parte del mundo. Con la promoción de la retornabilidad la ley cumple con las dos cosas: eliminar lo que en realidad no tiene sentido y, por otro lado, promover lo que es una mejor solución para los problemas medioambientales. La retornabilidad es una cultura que hemos perdido como consumidores, pero no es imposible recuperarla.

Mark Minneboo, director regional de Plastic Oceans para América LatinaMark Minneboo, director regional de Plastic Oceans para América Latina

Mundo PMMI: ¿Qué retos están enfrentando las empresas para avanzar hacia la circularidad en envases?

Mark Minneboo:  Yo he tenido muchas conversaciones con empresas que desean cambiar, pero se chocan con barreras, incluso legislativas y de regulación que no permiten la innovación en envases y embalajes. Hay en Chile por ejemplo un decreto que les exige a empresas de productos de belleza como champú y acondicionador que envasen en condiciones de laboratorio, lo que les impide implementar un sistema de recarga al no permitir que consumidor vaya al supermercado con su botella para rellenarla. El decreto se expidió en 2002, cuando no existía la tecnología para hacer recarga de manera higiénica. Pero esa tecnología existe hoy y no tiene entonces sentido seguir con leyes del pasado que frenan la innovación hacia la circularidad del envase y el embalaje. Por eso, nosotros como organización no solo defendemos el medio ambiente, sino que ayudamos a que se haga esa transición.

Mundo PMMI: En el campo de la sustentabilidad y los empaques, ¿cuáles son para usted las tendencias actuales más destacadas?

Mark Minneboo: Claramente, la más importante es la economía circular. Es una tendencia muy nueva, de apenas los últimos cinco años, que ojalá se convierta en el estándar de lo que se enseñe en las universidades, donde se sigue insistiendo en la economía lineal. Si a pesar de que nos enseñaron la lineal, la sociedad civil y el sector privado estamos trabajando en la circular, y avanzamos en esa transición, imaginemos si los estudiantes vienen con el chip de la circularidad instalado en sus cabezas y piensan de manera circular.

Creo que esa es la tendencia que veo por toda Latinoamérica y, por suerte, vamos bastante bien como continente. No nos equivoquemos, no dependemos de Europa. A veces miramos hacia allá para ver cómo están innovando, pero acá están pasando cosas increíbles. Por otro lado, veo otra tendencia en la colaboración. Por fin estamos viendo una apertura, tanto del sector privado como del gubernamental y de la sociedad civil; hay una apertura para la discusión y para entender que una sola empresa no puede resolver todo el problema; tampoco lo puede hacer una organización como la nuestra, ni un gobierno, aunque cuente con las mejores leyes del mundo. Y esa comprensión en cada sector de no poder hacerlo solos y de la necesidad de colaborar, hasta con los competidores tradicionales, es la única forma de avanzar en temas medioambientales.