
En rueda de prensa ofrecida el pasado agosto junto al presidente André Manuel López Obrador, la directora general de AstraZeneca México, Sylvia Varela, anunció públicamente que entre los meses de noviembre y diciembre de este año se estarían culminando los ensayos de la fase III de la vacuna, como paso previo a su producción y distribución en México y en otros países latinoamericanos. “Nos llena de enorme satisfacción ser parte de una alianza con socios de América Latina donde nuestro único objetivo es proveer un acceso rápido a la potencial vacuna en México y en toda la región de América Latina”, dijo Varela. La funcionaria explicó que durante el primer trimestre se iniciará el proceso de manufactura, produciendo en Argentina la sustancia activa, que será llevada a México para ser envasada, terminada y distribuida al resto de los países.
El laboratorio argentino mAbxience producirá el reactivo de la vacuna contra el COVID-19, en tanto que Liomont adelantará en México los procesos de estabilización, fabricación y envasado, que adelantará en sus modernas instalaciones en el municipio de Ocoyoacac, en el Estado de México, inauguradas en pasado mes de marzo. Refiriéndose al acuerdo entre los participantes en esta iniciativa, el Secretario de Relaciones de México, Marcelo Ebrard, señaló que “El propósito de AstraZeneca, de la Fundación Slim y de la Universidad de Oxford no es el lucro, es garantizar que América Latina tenga acceso a esta vacuna y esa misma es la motivación del gobierno de México y del de Argentina”.
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Ebrard afirmó también que el precio de la vacuna será altamente accesible, como parte de una condición en ese sentido exigida por la Universidad de Oxford. Ni AstraZeneca ni la Carlos Slim obtendrán ganancias de la vacuna, pues la principal motivación del empresario mexicano es salvar vidas, preservar las condiciones de buena salud e incentivar la reactivación de la economía. El presidente argentino Alberto Fernández, indicó que con el acuerdo se busca producir cerca de 250 millones de dosis anuales de la vacuna, para distribuirlas a todos los países de América Latina, excepto Brasil, que tiene un acuerdo independiente para suplir sus necesidades. Con el financiamiento de la Fundación Carlos Slim, se conseguiría una vacuna con precios muy razonables, comprendidos entre 3 y 4 dólares por dosis, señaló Fernández.