Se lanza en Europa iniciativa HolyGrail 2.0 para la clasificación inteligente de residuos

Empresas de sectores de alimentos y bebidas, productores de empaques, fabricantes de materiales, impresores, grupos con presencia global en la comercialización de bienes de consumo empacados y hasta ciudades como Copenhague se han unido para enfrentar el desafiante reto de potenciar el reciclaje de los residuos de empaques a través del uso de tecnologías de marcas de agua, que permitan seleccionar con mayor eficiencia los materiales dispuestos.

Bajo el nombre de HolyGrail 2.0, la iniciativa es la continuación del proyecto pionero de amplio alcance HolyGrail 1.0, respaldado por la Fundación Ellen MacArthur para unir la cadena de suministro completa, incluidos los dueños de marca, las cadenas minoristas, recicladores y proveedores de tecnologías de clasificación de residuos, y desarrollar iniciativas innovadas de mejoramiento del reciclaje posconsumo mediante el empleo de trazadores químicos y marcas de agua digitales.

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Uno de los resultados de HolyGrail 1.0 fue la identificación de las marcas de agua como la tecnología más prometedora para el cumplimiento de los propósitos de la iniciativa, lo que le valió el respaldo de la gran mayoría de los participantes en el proyecto.

Con estos antecedentes, la industria de bienes de consumo se encuentra en el proceso de llevar la iniciativa a una siguiente etapa y extender su escala y su cobertura, por lo que busca ahora una participación masiva de empresas fabricantes de bienes empacados y cadenas minoristas en la prueba de los beneficios de una mejor clasificación. En la primera fase de HolyGrail 2.0 la tecnología de marcas de agua digitales se validará a escala industrial, contando con la colaboración de las firmas dueñas de marca que deberán incluir modificaciones en los empaques para incluir códigos de un tamaño que los hace imperceptibles para el ojo humano, y que pueden contener distintos atributos del empaque y el producto, tales como el nombre del fabricante, el tipo de plástico utilizado en su fabricación, la composición de estructuras multicapas, el uso en aplicaciones alimentarias, entre otros datos esenciales para potenciar la eficiencia en los procesos de clasificación, recolección y reciclaje.

En el comunicado donde se anunció el lanzamiento de HolyGrail 2.0, la directora general de la Asociación Europea de Marcas (AIM), Michelle Gibbons, expresó la gran acogida que ha recibido la iniciativa, “Es fabuloso ver el entusiasmo de toda la industria y la capacidad que tiene HolyGrail 2.0 de unir la experiencia a lo largo de toda la cadena de valor del empaque, incluidos desde los propietarios de marca y los vendedores minoristas hasta los convertidores, los sistemas de responsabilidad extendida del productor, los sistemas de gestión de residuos, los recicladores y muchos participantes más. La colaboración es el camino que nos llevará a lograr las metas que se ha trazado Europa para llegar a una economía circular”.

Este entusiasmo se ve expresado por el alto número de participantes que ha reunido HolyGrail 2.0, cuya participación en la iniciativa es voluntaria y se extiende hasta el momento a 85 empresas y organizaciones, algunas de ellas con presencia global en sus diferentes segmentos de productos. De los sectores bebidas, hacen parte de HolyGrail 2.0 productores como AB inBev, The Coca-Cola Company, Danone y Pepsico; de la industria de alimentos, Arla Foods, Kellogg, Kraft Heinz Company, Nestlé; del sector de productos para el cuidado personal reconocidas marcas como Colgate Palmolive, Unilever, Johnson & Johnson, L’Oreal y Procter & Gamble, además de empresas productoras de materiales y empaques como Amcor, Avery Dennison, Braskem, Constantia Flexibles, Elopack, Dow, General Mills Intermat Flexible Packaging, Mondi y Stora Enso. También participan de la iniciativa entidades como GS1, que reúne en Europa a 48 organizaciones, con las que adelanta procesos de implementación de estándares para su crecimiento; la asociación de recicladores de Europa, y hasta ciudades como la municipalidad de Copenhague.

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El empleo de marcas de agua digitales permitirá que una vez un empaque llegue a una instalación de clasificación, pueda ser detectado y codificado a través de una cámara de alta resolución, para ser dirigida al flujo de reciclaje correspondiente a sus características, lo que se traducirá a su vez en flujos más eficientes, materiales de más alta calidad y un aumento significativo en las tasas de reutilización en los procesos de manufactura de empaques.

Las marcas de agua digitales podrán igualmente utilizarse para efectos de conocimiento de la participación de los consumidores en el ciclo de uso de los empaques, la visibilidad de la cadena de suministro y las operaciones en los puntos de venta.