Puntos clave:
- El alto costo inicial de muchas inversiones en maquinaria de empaque lista para la Industria 4.0 ha hecho que el acondicionamiento sea una alternativa popular.
- Muchas iniciativas más grandes de la Industria 4.0 comienzan con modificaciones, con simples adiciones a las máquinas existentes, como monitores y sensores para recopilar datos procesables de IoT sin comprar una máquina de empaque completamente nueva.
- A pesar de sus beneficios potenciales, no todas las modificaciones son ideales. A veces, se prefieren los beneficios de un sistema de empaque o equipo completamente nuevo y listo para IoT.
Contenido relacionado con este episodio:
- Retos de las marcas en América Latina en su adopción de Industria 4.0
- Libro de Estrategias para Empaquetado Robótico
- Soluciones para automatización de final de línea
 | Lea la transcripción abajo: |
Hola, bienvenidos a Take Five con Automation World. Soy David Miller, redactor técnico sénior de Automation World. Hoy quiero hablar de los reacondicionamientos y, más específicamente, de cuándo o no resulta buena idea recurrir a ellos.
Primero, quiero aclarar a qué me refiero con "reacondicionamiento". Se trata de la actualización de equipos antiguos con nuevos sensores inteligentes o componentes más avanzados para inyectarles una funcionalidad mejorada, que de otra forma implicaría tener que comprar una nueva máquina para lograrla. Los reacondicionamientos se han hecho cada vez más comunes en años recientes, debido a diferentes razones.
Primero, uno de los principales motivos por los que las inversiones en IIoT no son frecuentes es el alto costo inicial que implican, junto con su lento retorno de la inversión.
Por supuesto, cuando se hace de forma integral, —reemplazando máquinas completas de una sola vez. Mientras tanto, un reacondicionamiento permite que los usuarios finales realicen mejoras económicas a los equipos existentes, dejándoles probar las aguas, familiarizarse con la tecnología, y recibir pequeños retornos más rápido.
Y con frecuencia, con este proceso de automatización incremental, lo que comienza con reajustes se vuelve una transformación mayor. Dicho esto, no siempre es claro cuándo es adecuado un reacondicionamiento y, si lo es, qué tipo de modernización debe llevarse a cabo.
Sobre este tema, todos los expertos con los que he hablado me han dicho que se trata de seleccionar un objetivo específico y limitado, un lugar al que se desea llegar, de evaluar en qué posición se encuentra uno y de qué información necesita para lograrlo. Luego, se lleva a cabo un análisis de costo-beneficio para decidir si un reacondicionamiento es el mejor camino.
Entonces un ejemplo de cuando un reacondicionamiento no sería una buena idea. Imaginen un fabricante de vidrio que busca medir la cantidad de materiales que procesa para mejorar el rendimiento y, por ende, sus resultados.
Reacondicionar la maquinaria con sensores que rastreen esto puede parecer una obviedad. Sin embargo, si tras un examen más detallado uno encontrara que es mucho más fácil mejorar su resultado final al simplemente monitorear las condiciones ambientales, entonces este no sería un buen reacondicionamiento. Porque es una cuestión de costo de oportunidad: si bien hacerlo podría ahorrar dinero, una acción distinta ahorraría aún más siendo más fácil.
Otra situación en la que reacondicionar sería poco conveniente o difícil es en la que existen barreras tecnológicas. Por ejemplo, si se tiene una máquina antigua que opera sobre un sistema exclusivo y hay que extraerle datos. La mayoría de estas máquinas antiguas solo muestran información a través de sus HMI integradas.
Para cambiar eso, necesitaría construir un conector y una interfaz personalizados, lo que, aunque posible, podría traer más problemas que beneficios. Una vez más, vemos que se requier un cuidadoso análisis de costo-beneficio. Pero, ¿qué pasa con un reacondicionamiento que SÍ es buena idea? Como se mencionó anteriormente, cualquier actualización en la que se agreguen nuevos sensores a una máquina podría potencialmente ser útil, siempre que se considere provechoso el resultado neto del análisis de costo-beneficio.
Pero en realidad hay otros buenos ejemplos, en particular en relación con la ciberseguridad. Una actualización frecuente es conectarle un protocolo industrial o un proxy de seguridad CIP a un dispositivo. Y solo para que lo repasemos, CIP es un sistema que verifica la comunicación entre los dispositivos de una red exigiendo un certificado de seguridad especial que el proveedor debe haber integrado en el dispositivo, haciéndolo casi imposible de falsificar.
Claro, el problema está en que muchos dispositivos antiguos quizás no incluyen estos certificados en sus sistemas, ya que se vendieron cuando la ciberseguridad no era una preocupación como lo es ahora. Estos proxys se pueden conectar con los dispositivos viejos y pueden brindarles ese certificado de seguridad.
Este es, por supuesto, un ejemplo único porque tal vez no haya otra forma de lograrlo distinta a comprar nuevos equipos, salvo con esta actualización. Estos son ejemplos.
Esto es todo lo que les traje a ustedes hoy. Y si disfrutaron de este video, por favor sigan este espacio, donde encontrarán más en los próximos días.
